Me siento mal. Insatisfecha. Los compañeros de piso todos me empiezan a decir cosas acerca de la comida. ¿Nunca me podrán dejar en paz?
Mi estómago cada vez se va cerrando más, me es mucho más fácil ayunar que comer. La comida no me sienta bien. La vomito. Aún así me fuerzo a comer. Yo solo quería adelgazar unos kilos y se me olvidaba (una vez más) que nunca me serán suficiente. Yo no quería temer a la comida. Ni a la báscula. Ni a la ropa. Ni a mi misma. Mi cuerpo cambia pero solo veo como se hace cada vez más grande.
La estética, el psicoanálisis, The Independence Group, Heidegger y Wittgenstein no tienen sitio en mi cabeza. MIERDA.
intake:
-Cereales fitness con leche desnatada
-una manzana